Harry Angel es un detective de Nueva York contratado por el misterioso Louis Cyphre para que encuentre a Johnny Favourite.
A
medio camino entre el cine de detectives y el de terror el director
Alan Parker realizó en 1987 está inquietante película en donde se
representa de manera muy acertada un descenso a los infiernos, una
búsqueda que llevará a un hombre a descubrir cosas que pondrán en juego
no solo su vida, sino su propia alma.
Harry Angel, un magnifico
Mickey Rourke antes de llegar a lo que se ha convertido hoy día, es un
despreocupado detective especializado en divorcios y fraudes al que la
búsqueda del misterioso Johnny Favourite le viene algo grande, sin
embargo la avaricia de los honorarios que cobrará (al principio 125 para
luego pasar a 5000 dólares) hace que acepte el caso. Así pues
tendríamos la trama policíaca del detective y su investigación a través
de personas que conocieron a Favourite y que resultarán muertas en
circunstancias no muy normales, y que nos encauza al terreno de lo
sobrenatural. Un terreno que pisa la película a través del vudú y de
ritos religiosos bastante macabros, dentro de un ambiente en donde
predominan habitaciones con ventiladores que se entrecortan cambiando
continuamente de dirección y que simbolizan la vida de las personas que
viven en dichas estancias. La utilización que hace Parker de dichos
elementos es de lo más reivindicativo, pues consigue una atmósfera
inquietante que rodea cada secuencia en que aparecen, y que remarca con
la acertada música de Trevor Jones.
El montaje de la película es muy
interesante, introduciendo en momento oportunos la imagen ensombrecida
de un ascensor al que entra un hombre y que se pone en marcha para ir
descendiendo. Momento para recordar el inteligente uso que hace al
montar paralelamente el baile de claque de un niño en la calle con la
imagen de Angel en la casa de la antigua amante de Favourite (Charlotte
Rampling) al ritmo de un latir que lo lleva a descubrir algo
espeluznante y que pondrá fin a todo sonido.
Las imágenes
desagradables no están exentas en el film, sino que las contemplamos en
toda su crueldad (bueno, una por suerte no, sería muy fuerte). Incluso
se produce un acto vil y cruel que descubrimos en la secuencia final de
la película cuando nuestro detective ha atado todos los cabos.
El
título “El Corazón del Ángel” hace referencia a Angel, nuestro
protagonista, como también podría hacerlo a un Ángel caído, un Ángel que
no se ha enfrentado a Dios, sino a Satanás, al que ha intentado engañar
por medios inimaginables, pero al que se le ha olvidado el famoso dicho
de que “El Diablo sabe más por viejo que por diablo”, y que debe
prepararse para pagar la deuda pendiente que tiene. Una deuda que lo
conducirá en un ascensor ensombrecido al infierno.
Lo Mejor: El montaje, la ambientación, De Niro, Rourke.
Lo Peor: Puede que deje algún que otro cabo suelto en la trama policíaca a beneficio de la sobrenatural.
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